Es importante destacar que, como cualquier procedimiento quirúrgico, la cirugía fetal no está exenta de complicaciones. Los riesgos incluyen infección, hemorragia y complicaciones relacionadas con el uso de anestesia. Además, la madre y el feto enfrentan riesgos significativos, como la posibilidad de ruptura del útero después de la cirugía, muerte fetal, complicaciones quirúrgicas, trabajo de parto prematuro y el posible fracaso en el tratamiento del defecto congénito.
Antes de llevar a cabo una cirugía fetal, el médico debe proporcionar a la madre una comprensión clara de los riesgos potenciales, tanto para ella como para el feto. Esta información es esencial para que la familia tome decisiones informadas sobre el curso de tratamiento a seguir.
A pesar de los desafíos y riesgos involucrados, la cirugía fetal sigue evolucionando y mejorando. Con el tiempo, es probable que estas técnicas se adopten para el tratamiento de otros defectos congénitos, lo que podría abrir nuevas oportunidades para salvar vidas y mejorar la calidad de vida de los recién nacidos con condiciones médicas graves.
En última instancia, la cirugía fetal representa un campo médico en constante desarrollo que ofrece esperanza y desafíos a las familias que se enfrentan a defectos congénitos. La toma de decisiones informada y la atención médica especializada desempeñan un papel fundamental en el camino hacia un futuro más prometedor para los bebés afectados por estas condiciones desde el nacimiento.
